Branding & Diseño
Imagen de puerta de unos cines
Luces, cámaras y diseño

Con la resaca de los premios Goya aún en la mente, vuelve el debate que lleva unos cuantos años poniéndose sobre la mesa en relación a que el trabajo creativo y de diseño por parte de diseñadores, estudios y agencias no se valore o no tenga cabida bajo su propia categoría en los premios.

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Este thriller no es nuevo. Allá por el año 2018 el diseñador Xavi Calvo ya llevó a cabo la iniciativa de recogida de firmas en la plataforma Change.org por la implantación del las categorías de Diseño de Cartel y de Títulos de Crédito en los Premios Goya. En esa campaña se recogieron más de 1.500 firmas, pero hoy en día el recuento de carteles premiados en los Goya sigue siendo 0.

¿Puede una película no tener cartel?

Quizá el fondo de toda esta cuestión se encuentre en la relación mercantil entre el sector del cine y el sector del diseño y la publicidad. Podemos llegar a compararnos con maquilladores, diseñadores de vestuario, sonidistas… como si de una barraquera se tratara. «Sin nosotros/as una pelicula no la vería nadie». Pero la realidad es que nuestra parte del trabajo es accesoria y complementaria al proyecto de grabación, montaje y post-producción de la película. Nuestra parte del trabajo pertenece a esa fase de promoción y comunicación que, nos guste o no, siempre busca retorno en números y rentabilidades cuando la obra de arte ya está totalmente hecha.

Para el mundo del cine nosotros somos una herramienta a utilizar para llegar al máximo público posible, no una pieza dentro del engranaje del séptimo arte. Sin embargo, incluso en una época tan digitalizada como la que vivimos, hasta la película menos importante del catálogo de Netflix tiene un cartel (si no varios). Desde que Henri Brispot hiciera una litografía promocional para los hermanos Lumière a finales del siglo XIX tenemos culturalmente asociado el cartel al estreno de la película. Si hay cartel, la película existe. Por algo suele haber, en las tiendas, junto a las repisas con DVDs, un perchero con carteles de cine que tiene debajo todas las piezas enrolladas y numeradas, a la venta.

El diseño dentro de la pantalla y la gran pantalla

Probablemente el único espacio posible donde el diseño puede ser parte intrínseca de este engranaje es en los departamentos de atrezo y arte. Cuando una producción se pone manos a la obra hay miles de detalles que tener en cuenta, algunos se pueden conseguir cual «ratón de anticuario» y otros reparando o remozando, pero hay otros que se tienen que producir ex profeso para el rodaje.
Bien porque haya que inventar marcas, productos, señalética, o bien por evitar pagar royalties sobre imágenes que tienen derechos y conllevaría un gasto en producción que suele salir mas rentable encargarlo al departamento de arte.

Un ejemplo claro es el caso de extraescolar.estudio, especializado en diseño gráfico para películas y series, que con el auge de plataformas de streaming y el aumento de producciones propias han encontrado una especialidad muy interesante. En boca de Helena y Lena (las responsables del estudio) dedican muchas horas y esfuerzo en los proyectos para diseñar piezas que quizá solo vayan a ser vistas durante 25 fotogramas en la pantalla.

Nuestra propia experiencia diseñando carteles de cine

A lo largo de los años en Squembri nos han ido encargado todo tipo de proyectos. La cartelería es algo básico y constitutivo del ADN de cualquier diseñador/a. Pero si el encargo de cartel es para la promoción de medio-metrajes o cortometrajes el proceso creativo tiene otra dimensión.

Nos hemos tomado este tipo de encargo siempre con mucha seriedad y esfuerzo. Siempre hemos apostado porque el cartel tuviera una plasticidad latente, intentando huir de lo digital en la mayor medida posible, y solo usarlo para el acabado final o postproducción. Es nuestra firma de la casa.

Hemos cortado, pegado, pintado, fotografiado… Y eso en los resultados siempre se nota. En ese proceso artesanal vas entendiendo la trama de la película, da tiempo a debatir y discutir las distintas estrategias entre los compañeros que se encargan del proyecto. Resumir tantos planos seguidos en un cartel es una ardua tarea, pero cuando das con la clave, es el mejor de los planos posibles para definir la narrativa de la historia. Además, es inevitable partir desde un punto de vista artístico que tenga un peso capital en el trabajo, más allá de las funcionalidades básicas: título, créditos, reparto, dirección…

Anuaria de Oro 2022: Premio Anuaria al mejor cartel

Siempre hemos querido dar un paso más, porque nos apasiona el cine. Pedíamos permiso para, de manera experimental, poder trabajar en los títulos de crédito, pues ¿qué sentido puede tener trabajar «el fotograma clave» de la película por medio del cartel, y que luego todo el universo gráfico del film no fuera coherente?

Por eso tras, la resaca de estos Goya 2023, nos gustaría posicionarnos y decir que el cartel sí es cine. Participa de la narrativa y del estilo del director, te asoma a la historia y al estilo de la película, es una obra en sí misma que muchas veces acaba enmarcada y colgada en paredes de salones y dormitorios, y mientras nos enorgullece poder presentar nuestros diseños a los premios de diseño gráfico nos gustaría algún día ver a un diseñador gráfico recogiendo un Goya por la tele (o un Óscar, o un Globo, o un Oso…).

Anuaria 2018: Premio Anuaria al mejor cartel
Cortometraje de Cucho L. Capilla

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