Podemos entender la portada de un libro como el rostro o la cara visible de un proyecto editorial. Por el contrario, la contraportada siempre está condenada en la mayoría de los casos a ser un mero espacio donde recoger una breve sinopsis, citas de críticos o referencias del texto en los distintos medios como reclamo publicitario para su compra, junto con el tan ármonico código de barras del ISBN.
¿Qué pasaría si hiciéramos que la contraportada adquiriese un nivel de abstracción, expresión o comunicación mayor que la propia portada? Que incluso nos dé detalles más significativos que el diseño frontal sobre la trama o temática que trate el libro. De este modo, como un pequeño secreto guardado, la contraportada ejerce como "la cara oculta de la luna" y nos guarda detalles que pueden llegar a sorprender al lector.
Esta idea está muy cercana al concepto de libro diseñado y editado con mimo y cuidando los detalles que lo hacen especial. Es el caso de la colección Laoconte Salvaje, un proyecto del Patronato Federico García Lorca de la Diputación de Granada que impulsa la reedición de obras perdidas de autores granadinos contemporáneos. Tenemos predilección por este proyecto porque nos ha traído a nuestra agencia de publicidad Squembri premios como el Selección Anuaria a la Mejor Portada de Libro o una mención especial en los premios CLAP iberoamericanos.
La apuesta gráfica de esta colección tanto en cubierta como en tripa ya es interesante a nivel global. En las portadas optamos por el diseño de un sistema tipográfico donde el primer apellido del autor toma el protagonismo basado en la abstracción y composición tipográfica. Aquí el único argumento gráfico es buscar el dinamismo y contraste por medio de las formas tipográficas y con tintas planas.
Es en la cara oculta del libro donde esta colección apuesta de una manera creativa por comunicar determinados guiños gráficos muy relacionados con la vida y obra del autor que recoge el ejemplar.
Cada autor lleva una vida y una historia adscritas a su nombre. En el caso que vemos sobre estas líneas nos encontramos con un poemario en el que Jesús Arias narró una pérdida amorosa desgarradora. En palabras del propio autor: "[...] hay dos mares que se miran como si fueran a matarse. Dos mares que se ponen nombres y fronteras y kilómetros encima."
En el caso del poemario de Juan de Loxa, la abstracción que se encuentra en la contraportada propone un juego para retrotraernos al inicio de todo. En 1986 fundó el Museo Casa Natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros, institución que dirigió hasta 2006. De este modo, para nosotros Juan simboliza el inicio de todo este proyecto, Juan es la Casa Natal y simboliza el concepto "hogar".
Llegados a este punto puede que no hayas caído en un detalle más oculto en estas propuestas gráficas. Esta colección no deja de guardar pequeños secretos por descubrir. La abstracción tipográfica que encontramos en la portada se mantiene y se traslada a la contraportada, manteniendo la idea de seguir trabajando únicamente con las letras que componen el primer apellido del autor. De este modo, y trayendo como ejemplo la paradoja de Schrödinger, podemos llegar incluso a pensar en la dualidad de que portada y contraportada son una y otra al mismo tiempo...
Lo podemos comprobar en un ejemplar más, el poemario de Antonio Mata, que nos transmite pura pasión por nuestra tierra. Antonio fue estrella solitaria y un enamorado por la libertad de las gentes del Sur. Como músico maldito, su vínculo con Andalucía y sus continuas reminiscencias de Al-andalus en su obra nos dan pie a pensar que si algo es Antonio, es corazón andaluz.
Somos fieles defensores de la vigencia del libro impreso como objeto cultural nuclear y del diseño editorial como una disciplina con mucho futuro. Por eso disfrutamos especialmente de proyectos en los que podemos idear una estrategia original y llevarla a cabo. ¡De portada a contraportada!